Hace un tiempo, en la escuela comenzamos a separar los residuos orgánicos para reducir la cantidad de basura que producimos. Con esa materia orgánica que separamos, armamos una pila de compostaje para producir abono orgánico que sirve para darle nutrientes al suelo.
Con todo esto, vimos que en los cestos de residuos de las aulas quedaban desechos que en su mayoría se podían reciclar, así que pensamos que estaría bueno separar también esa basura que se puede reciclar de aquellos que no lo son. Para aprender un poco sobre eso, fuimos a hacer una visita al Taller Protegido.
En la visita, que realizamos el día jueves 16 de junio junto a los chicos de 5to, nos recibió la presidente de la Cooperadora del Taller, Cristina Daguerre, y para empezar, nos contó que ellos en el pueblo tienen distribuidos varios puntos limpios donde todos pueden tirar cartón, botellas y envases plásticos, tapitas, nailon, vidrios, envases tetra, etc.
Los operarios que trabajan en el taller son personas con distintas capacidades y cada uno tiene asignada una tarea o un puesto de trabajo donde puedan desempeñarse cómodamente y con confianza. Es por esto que el Taller Protegido en una oportunidad de inclusión y dignificación para aquellas personas que poseen diferentes capacidades, obteniendo por su importantísima labor un sueldo que sale principalmente, de la venta de los materiales que ellos separan, acondicionan y empaquetan para reciclar.
Cristina, nos invitó a pasar dentro del taller donde varios operarios estaban trabajando: lo primero que hacen cuando llega el bolsón de los puntos limpios, es tirarlo en la mesa de trabajo para clasificar los distintos materiales según su composición (plásticos de color amarillo, verde, trasparente, vidrio, cartón y papel, tetra, etc.).
Cada material se deposita en un bolsón diferente, y se lo lleva a la compactadora para hacer fardos. Cuando tiene suficiente material compactado de cada clase, se coordinan con el flete para hacer las entregas correspondientes:
- Plásticos a la Empresa ReciclAr SA
- Papeles y cartones a la empresa Interpack
- Vidrio a un habitante del pueblo (lo muele y lo vende molido)
Además pudimos conocer las instalaciones que posee el Taller en la esquina de Ruppel y 12 de octubre, donde poseen las enfardadoras, que vimos en funcionamiento.
Toda la visita sirvió para aprender qué cosas pueden reciclarse y qué cosas no. Cristina nos explicó que, a pesar de que hay algunos materiales que actualmente el taller no recibe, ante la duda de si enviarlo o no, los envíen al taller o los lleven a los puntos limpios (siempre que no sea materia orgánica –restos vegetales o animales o de comidas- que se pudre). Si finalmente el material no es de aquellos que a ellos les sirven, los tiran a la basura.
Cristina también nos contó que no es muy difícil ayudar en esto de producir menos basura, y transformar estos materiales en un recurso: no hace falta tener muchos cestos en casa: solo una bolsa o caja, donde disponemos limpio y seco, todo el material reciclable que reciben en el taller. Podremos ver entonces, cuánto se reduce la cantidad de basura que sacamos.
En la escuela, desde la asignatura Ambiente, Desarrollo y Sociedad, los chicos de 6to estamos trabajando en el diseño de los contenedores áulicos para comenzar a separar también aquellos residuos reciclables.
Queremos agradecer a todos los alumnos y personal de la escuela que contribuyen depositando la materia orgánica que producen en las latas que acondicionamos para tal fin. Un cambio es posible, y hará que todos nos beneficiemos, y es necesaria la colaboración de todos para que se pueda lograr. En la EESA N°1 vamos por más.
Daiana y Jonathan 6to año – EESA N°1